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Si tuviera que describir en una palabra mi experiencia con el modelo Creighton y con Naprotecnología sería, sin duda, “beneficio”.

Después de nueve años tomando distintas pastillas anticonceptivas para tratar la endometriosis y los ovarios poliquísticos, decidí dar el paso a dejarlas. No fue fácil, puesto que todos los ginecólogos a los que acudí consideraban que no era buena idea y que los síntomas que laendometriosis y los ovarios poliquísticos me producían empeorarían. Pero, finalmente, di con una ginecóloga que me apoyó en esta decisión de olvidarme de tomar una píldora cada día hasta que decidiera quedarme embarazada. Me explicó lo que era el modelo Creighton y me puso en contacto con Naprotec, quienes me asignaron a Anna como tutora.

Ella, con su paciencia y resolviendo todas mis dudas, hizo posible que tener una vida más sana y más natural haya sido un camino fácil y lleno de aprendizaje. El hecho de ser mujer y menstruar no lleva implícito el conocimiento acerca del funcionamiento de nuestro cuerpo, para lo que el modelo Creighton me ha ayudado muchísimo. Yo pensaba que con saber que un ciclo menstrual duraba más o menos 28 días y que una semana de sangrado era aceptable, ya sabía lo que era el ciclo menstrual y qué ocurría en mi cuerpo.

¡Para nada! El modelo Creighton me ha enseñado las distintas fases por las que mi cuerpo pasa a lo largo del ciclo, cuándo estoy ovulando, cual es la fase pre y post ovulación, y un largo etcétera que, realmente, tienes que vivir para poder comprenderlo. Lo que comenzó como una ayuda a dejar la píldora anticonceptiva, acabó siendo una ayuda a conocerme mejor, no solo a mi cuerpo, sino a mí misma. Además, el modelo Creighton ayuda a identificar dónde y cual es el problema exacto, para que un doctor pueda ponerle una solución específica. He aprendido que la píldora anticonceptiva no es mas que un parche, pero no la solución.

Definitivamente, recomiendo a todas las jóvenes a seguir este método. Como suelo decir a quienes me preguntan, lo recomiendo totalmente a todas aquellas chicas a las que nos recetan la píldora como solución a desarreglos menstruales o dolores intensos, pero lo recomiendo a todas las jóvenes en general, ya que saber cómo funciona nuestro cuerpo no debería ser una opción, y se gana mucha seguridad en una misma.

Seguir el modelo Creighton ha sido, y está siendo, una experiencia estupenda. ¿Por qué no darle una oportunidad? Como ya he dicho, hay que vivirlo para saber de qué hablo. Os animo a seguir el modelo Creighton y a ganar en calidad de vida.

Elisa Marsella